martes, 31 de enero de 2012

Proyección 4 de Febrero

A once años después de traspasar la fecha que contiene el título mismode esta película, la idea de futuro nos sigue pareciendo similar: el futuro es blanco, aséptico, limpio, y lleno de paradojas y peligros. Todo eso es una metáfora, una metáfora tan inexacta como audaz, porque el futuro en el que estamos sumidos –es decir, nuestro presente y todos los presentes-, es sucio, de muchos colores, injusto, cruel y, eso sí, lleno de paradojas y peligros.

Hemos visto en la pantalla a lo largo de las últimas tres décadas muchas películas sobre el futuro y muchas naves espaciales. Pero la belleza serena de éstas que aquí aparecen, en escenas lentas y larguísimas, no la hemos vuelto a degustar jamás. Tal vez hemos visto efectos especiales mejor hechos, pero ninguno en los que las imágenes empasten tan bien con las músicas elegidas, con ese vals o esas músicas de Ligeti y de Strauss, que cada vez que las oímos en cualquier parte nos remiten precisamente a algunos momentos de esta película.

Maravillosa obra maestra del maestro Kubrick, sólo para mentalidades abiertas


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